lunes, 30 de mayo de 2016

La Virgen de Medjugorje cambia su registro y terminología

La Virgen de Medjugorje ha cambiado registro y usa terminología distinta a la de siempre. Es más incisiva, invita a una mayor conversión y habla de "cruces despedazadas", de que su Corazón Inmaculado sangra", de que observemos "los signos de los tiempos", etc. No es un cambio sin importancia.
En este estupendo artículo de Sor Emmanuel se tocan dos o tres puntos espectaculares y actuales como que la Virgen se presentó a Bruno en "Tre Fontane" (justo antes de su intento de asesinar al papa Pio XII) y cómo se le apareció la "Virgen de la Revelación" con el libro del Apocalipsis en sus manos, hablando ya entonces de cruces despedazadas relacionadas con una sotana (como retoma en el mensaje del 2 de mayo de 2016). Le explica en esa ocasión que los sacerdotes morirán permaneciendo fieles en esta última tribulación. Nos invita a ser "Apóstoles de la Revelación", que es como decir, apóstoles de los últimos tiempos, aquellos que abrirán el sello del Apocalipsis (libro que nadie entiende, ni quiere entender, pero que sin embargo casi nadie ha leído de verdad).
También insiste Sor Emmanuel en que María busca almas que quieran ser una sola cosa con la suya. La Virgen vuelve a hablar de la importancia de la fidelidad matrimonial y del rezo del Ave María.

jueves, 26 de mayo de 2016

Dios nos tiene pensados desde toda la eternidad y desde esa eternidad nos ama y espera nuestra respuesta a su amor. ¿Pero entonces soy libre?

Es tan cierto como misterioso que Dios conoce el pasado, el presente y el futuro como si de un mismo instante se tratara a pesar de estar presente en el tiempo que nosotros vivimos, pero esto es un misterio. Para no caer en las grandes dudas que levanta esta cuestión con respecto al valor de nuestra libertad cuando Dios conoce ya nuestra respuesta hay que decir que es importante no confundir la libertad de la criatura de la libertad de Dios, así como los diferentes tipos de libertades en la criatura humana (sin entrar en la angelical).

Dios es libre porque es originario, es decir no tiene inicio ni fin y todo sale de Él, quien siempre crece en amor intratrinitario y hacia sus criaturas de forma dinámica y siempre creciente. Todo lo que él hace es bueno y sólo es malo aquello que, por ser libre, se aleja de Dios y deja de crecer unido a él y mirándole, como el sarmiento que se corta de la vid (Jn 15, 1-8; también aqui).

Sin embargo, el hombre es libre no tanto por poder elegir una acción u otra, algo que de alguna forma también realizan los animales, sino por poder destinar su vida a quien quiera y lo que quiera. Es una decisión trascendental y de vital importancia, pues fallar en esto puede llevar al hombre a alejarse de Dios e incluso condenarse rechazando la misericordia voluntariamente, perdiendo propiamente la libertad profunda que sólo crece dirigiéndose a Dios y siendo sostenidos por él. El hombre tiene que elegir personalmente entre el bien y el mal, por lo que, de hacerlo conscientemente, se hace responsable de la elección por doble vía: mereciendo la elección que toma (no tanto por los frutos que dará esa elección), si es buena, y culpabilizándose si es mala.

Pero estamos en el orden natural, no en el sobrenatural. La libertad del hombre es imprescindible para que su aceptación  de Dios (amor) sea significativa, tanto que Dios prefiere correr el riesgo de que alguien se condene a que le elija sin ser libre, por eso ninguna persona puede realmente sentirse amado por un animal, pues no es persona y no puede corresponder al amor.

Lo que ocurre es que esta libertad humana es limitada ya que nuestro conocimiento, capacidad y naturaleza están limitados por el pecado y por ser criaturas. Dios sin embargo penetra el espacio, el tiempo y la naturaleza de un modo que conoce con tal profundidad la esencia de todo lo que ha creado que alcanza a estar presente incluso en aquello que nosotros aún no hemos elegido.

La discusión entre el pecado y la gracia ha sido una de las más debatidas durante estos 2000 años y ya San Agustín le ha dedicado muchas reflexiones y discusiones. Es un misterio incomprensible, pero lo que sí sabemos es que Dios da a cada uno la posibilidad necesaria para salvarse, dejándonos la posibilidad de pedir los unos por los otros e interceder a favor de alguien. De allí que es muy importante la comunión de los Santos, la oración por los demás (especialmente por las almas del Purgatorio que no pueden rezar para sí mismas y esperan nuestras oraciones), la petición de ayuda de Dios (sobre todo del Espíritu Santo que es quien revela y obra para Dios Padre) y de María (que es corredentora y mediadora de todas las gracias).

Hay muchas gracias que son concedidas porque uno las pide por otro y que de otra manera no habrían sido derramadas. Otras Dios las quiere derramar, pero nadie las pide (como en la medalla de la Virgen Milagrosa, donde los rayos representan precisamente esas gracias). Casi nunca somos conscientes de quién las ha pedido por nosotros, pero siempre son efectivas, por eso es importantísimo rezar por los más necesitados y alejados, sobre todo por los que nadie reza por ellos, los pobres de los más pobres (no sólo físicamente, sino sobre todo espiritualmente).

Aún así, hay que entender que Dios ama a todos, pero no a todos por igual, ni a todos da las misas gracias. Esto obedece al plan salvífico de Dios y no corresponde a nosotros juzgar dicha distribución de la gracia, pues siempre es justa. En parte porque al amor de Dios depende de nuestra respuesta, cuanto más perfecta una respuesta más Dios puede obrar su gracia. De allí que en la Virgen María se da el amor humano más grande de todos, pues concebida sin pecado, su respuesta de amor ha sido y es la más perfecta de todas, hasta asignarle la terea de administrar todas las gracias del Padre.

¿Por qué Jesús eligió entonces a Judas para ser su apóstol si sabía que le iba a traicionar y, sobre todo, por qué le dejó estar a su lado hasta el final?

Dios te ama desde la eternidadSencillamente porque en el momento más importante de la vida de una persona, que es su juicio particular justo después de su muerte, nadie podrá reprocharle a Jesús no haber hecho todo lo posible para que se pudiera salvar, dejando así patente que la elección de rechazarle no era de Dios y, a la vez, mostrando exactamente lo contrario, es decir, su profundo y total deseo de salvación de esa persona, hasta el punto de ser perjudicado en la cruz. Porque si supiéramos el valor que tiene un alma para Dios nos derretiríamos de tanto amor inmerecido y se nos desharía el corazón en lágrimas de gratitud para toda la eternidad. Porque es así: Dios nos tiene pensados desde toda la eternidad y desde esa eternidad nos ama y espera nuestra respuesta a su amor. Sólo uno es el deseo de Dios hacia la persona creada: hacerle partícipe de su amor eterno por la infinita misericordia desbordante de su corazón de amor.



En conclusión la libertad no se puede entender mezclando los planes sobrenaturales (Divinos) de los naturales (humanos) sino dentro de cada plan y atendiendo a que el plan divino penetra lo humano sin alterar su elección libre y real y, por lo tanto su responsabilidad. Tampoco se puede reducir la libertad a meras elecciones, sino que hay que verla como una adhesión cada vez más perfecta a la voluntad del padre. La paradoja más grande de la libertad es que cuanto más se la entrega a Dios, más crece en perfección, significado y alcance. Por lo contrario, cuanto más se aleja de Dios, más encierra a la criatura en su naturaleza, despersonalizándola y reduciéndola a un sí mismo egocéntrico, caprichoso y más cercana al sinsentido decreciente y a la auténtica muerte.

Paz y bien.

Diego Cazzola.



martes, 17 de mayo de 2016

Cuidado con la comunión en la mano.

La Sede Apostólica ha permitido que los obispos decidan si en sus diócesis se permite la opción de recibir la comunión en la mano. En otras palabras, la recepción en la boca es aceptada universalmente mientras que la comunión en la mano depende del beneplácito del obispo local. En los Estados Unidos, España, Italia y muchísimos otros países se permite la recepción de la Eucaristía en la mano.

Pero que la Iglesia la permita (Cong. para el culto divino Prot. n. 720/85), no implica que sea la mejor actitud. A Cristo se le debe de recibir humildemente y hacerlo en mano no permite una mejor conciencia de nuestra indignidad y de su presencia real. No merecemos tocar sin más su cuerpo eucarístico, donde se encuentra físicamente su alma, cuerpo, persona y divinidad.

Quien tenga profunda reverencia por el Sacratísimo cuerpo de Cristo Eucarístico entenderá por sí mismo que sea preferente la comunión en la boca y de rodillas. Sin querer juzgar quien piense de otra forma, quiero dejar este breve extracto de una entrevista titulada "¡Sáquennos de aquí!" de Nicky Eltz a María Simma (ver enlace al final), quien podía ver las almas del purgatorio y las recibía para rezar por ellas y aliviar sus penas ofreciendo misas y orando por ellas. En un momento de la entrevista le preguntaron por algunos obispos:
- María, ¿se le ha aparecido algún obispo? 
- Sí; varios. Un italiano y un norteamericano, entre otros, cuyos nombres no pude averiguar. Un alma me contó de un cardenal alemán que estuvo bastante cerca de nosotros, aquí. El alemán yel italiano deben permanecer en el purgatorio hasta el día en que se prohíba recibir la Comunión en la mano, y el norteamericano deberá permanecer en el purgatorio hasta el día en que la Comunión en la mano se prohíba en todos los Estados Unidos y se reinstaure la Comunión en la lengua. Pasado un tiempo, pregunté de nuevo cuáles eran sus nombres, pero tampoco recibí ninguna respuesta. Con respecto al cardenal alemán, me contó el padre Matt que en el lecho de su muerte expresó que había cometido un gran error al promover la Comunión en la mano. Como siempre ocurre, nunca se publica esta clase de hechos, y por lo tanto se produjo el daño. Podemos aliviar sus almas, pero no liberarlas.
Ahora, digo yo, con lo poco que cuesta tomar la comunión en la boca, ¿merece la pena jugarnos tanto?

Diego Cazzola


Entrevista a María Simma en PDF: aquí.


Nota

Cuando le preguntaron al arzobispo Marini, Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, si el Papa continuaría esa práctica, respondió: "Creo que será así. No hay que olvidar que la distribución de la comunión en la mano es todavía desde el punto de vista jurídico una dispensa a la ley universal, concedida por la Santa Sede a aquellas conferencias episcopales que lo pidieron" (L' Osservatore Romano, edición italiana, 26 junio, 2008)". El arzobispo Marini añadió que la modalidad adoptada por Benedicto XVI tiende a subrayar la vigencia de la norma, "válida en toda la Iglesia". Con la distribución de la comunión en la boca, agregó, se intenta resaltar "la presencia real en la Eucaristía, se ayuda la devoción de los fieles y se introduce con más facilidad el sentido de misterio, aspectos que en este tiempo es urgente recuperar"