sábado, 31 de diciembre de 2022

TIPS para educar el uso del móvil

Si tuviera que determinar los principales motivos por los que los chicos están fracasando en los estudios o está desarrollando comportamientos anómalos diría que son los siguientes:

1) La falta de educación en la austeridad y el esfuerzo, que merman la voluntad sustituyéndola por el interés y lo apetecible;

2) La falta de conocimientos en una metodología de estudio suficientemente buena (esto implica planificación en casa, técnico en el estudio y cierto autoconocimiento para personalizarla);

3) La entrega viciosa al placer sexual, inmediato y egoísta, especialmente desde el antojo humillante de la pornografía para un degradante y adictivo placer que promete y miente más que todos los políticos juntos, humilla y vuelve cobarde la fortaleza y permanentemente frágil la castidad.

Pero el común denominador a estos tres ingredientes del camino autodestructivo de la dignidad juvenil es protagonizado por el móvil.

Por una cosa buena que tienen los móviles, hay 50 que son casi mortales, pues matan la virtud, debilitan a la persona y hieren con violencia el cuerpo. Es un ataque en las tres dimensiones humanas (cuerpo, alma y espíritu).

Para no alargarme voy a resumir brevemente los aspectos más importantes a tener en cuenta en relación al uso del móvil, especialmente para niños y adolescentes.

1) Los niños no deben de tener un móvil antes de los 16 años. Ni 12, ni 14 y si por mí fuera, y para ser más riguroso en el criterio, hasta que no demuestren que sean capaces de manejar con autodominio el móvil, hasta que sea realmente necesario (y no sólo útil) y se haya desarrollado completamente el cerebro en su principal desarrollo. Esto nos colocaría al rededor de los 16 años como mínimo, siendo nefasto en cualquier caso que se entregue antes de los 12. Los niños tienen que desarrollar bien su cerebro y ejecutar todas sus operaciones sociales, cognitivas y espirituales sin apoyarse en esa tecnología. Ya hay muchos estudios que han demostrado que los cerebros expuestos a luces, como las del móvil, quedan más atontados, más lentos y que los daños son irreversibles.

2) El contenido de ese teléfono tiene que ser conocido y gestionado por los padres, quienes tienen que tener el control. Los padres tienen que conocer las aplicaciones que usan los niños, ser los gestores (contraseñas, usuarios, administradores, etc.) y tienen que conocer muy bien su configuración de privacidad, pero sobre todo enseñarles a usarlas. Parece que los niños hoy en día son muy buenos en las tecnologías, pero sólo en un uso muy específico, lo que les falta es realmente educación digital. No se trata de conocer los filtros de imagen y compartir contenido, sino saber reconocer los engaños, las mentiras, las trampas sociales y saberse distanciar cuando el uso se vuelve nocivo o peligroso. Es decir, hay que educarles en el uso adecuado, enseñando criterios y guiándoles por ese camino minado de peligros escondidos y cambiantes.

3) Si le das el móvil, sé sincero, no se lo das porque necesite una comunicación telefónica o estar localizado, sino para que no se sienta diferente. El 99% del uso del móvil irá dirigido a las redes sociales, consumo multimedia, ocio (pérdida de tiempo), consulta de internet. Será una ventana a un mundo incontrolable con un poder adictivo idéntico, o peor, que la cocaína. Tú le verás en el salón con el móvil, pero él estará en cualquier lugar, con cualquier contenido o persona y pierdes a tu hijo igual que si lo dejaras en el centro de una gran ciudad de noche. Siempre que salgan con amigos, el móvil será el protagonista y el más usado. No es para quedar. No es para comunicarse. Es para ser como los demás y eso es precisamente una de las características que lo hace muy peligroso. Sus motivos están disfrazados para que vivas una mentira social de la que sería mejor estar bien lejos.

4) De tener que usarse, es fundamental que sea de forma puntual para que no se genere una sensación de derecho ante el uso; el tiempo tiene que ser controlado (puede ser flexible, pero con entrega y devolución firme e indiscutida). He visto casos en los que los chicos se levantan de noche para usar el móvil de los padres durante la noche (adiós a horas de sueño) y tomándoles la huella a los padres durmiendo para desbloquearlo.

Si al final termina teniendo el móvil o no tienes la fuerza de sentarte y explicarle que has cambiado de idea y lo tiene en su poder, cuida bien estas pautas:
  • Que no se lo lleve a su cuarto, te lo quedas tú y muy bien guardado.
  • No se usa a discreción, sino en un horario definido y dependiendo de la necesidad.
  • Jamás se usa de noche y menos aún antes de dormir y a solas.
  • No se usa en la mesa, ni se sujeta en la mano cuando se habla con alguien.
  • Siempre que es posible comunicar algo en persona, no se hace por móvil. Enséñale a esperar a comunicar las cosas, no es necesario ni que sea inmediato, ni que sea por mensaje o audio.
  • En los enfados entre amigos, el móvil no debería usarse prácticamente nada.
  • No puede ser el centro de la atención o lo más usado cuando está con amigos.
  • No hace falta usarlo en todos los tiempos muertos, como ir al baño, esperar un autobús, subir las escaleras... que aprenda a vivir el silencio y el entorno.
  • En casa no se puede llevar encima todo el rato, ni contestarlo en cuanto suene. De hecho es mejor quitar las notificaciones y consúltalo cuando sea necesario, pero, sobre todo, cuando se quiere, no cuando él avise. Eso esclaviza y hace dependiente.
Si no puede vivir sin él un día sin sentirse mal o verse alterado en el carácter, el sueño o la alimentación, tiene un problema y necesita ayuda profesional. Pero, si no tiene el ejemplo de los padres en el correcto uso, está perdido.

Enseña a tu hijo a que trate de ser diferente y que intente asumir desde el principio esa realidad. Ayúdale a poner el consuelo en las bondades que observará cuando vea el mayor equilibro con respecto a los demás que se pierden envueltos por las vanidades o las necesidades sociales engañosas y decepcionantes. Le necesitarán para salir de un mundo de vacío y tener un hombro firme en el que llorar. Ya hay bastantes dificultades en crecer y esforzarse para vivir conforme a la verdad, la honestidad y los principios morales de las virtudes y el bien, como para cargar con piedras pesadas que no aportan más que dolores.





miércoles, 7 de diciembre de 2022

Agenda 2030 y JMJ 2023

Hace unos días circuló por las redes, no con poca alarma, que la nueva JMJ 2023 iba a tener “como fuentes de inspiración y principales indicadores” los objetivos de la agenda 2030[1], en concreto 15 de los 17, aunque se añaden algunos diferentes con la “espiritualidad ecológica”, que, si bien es un concepto que aparece en “Fratelli tutti[2], va asociado a un dibujo de un hombre haciendo yoga, algo que nada tiene que ver con lo que el Papa Francisco dice al respecto en la citada encíclica.

En un principio me parecía inadmisible que la Santa Sede aprobara la agenda 2030 puesto que hay claros puntos en contra de la fe cristiana: se habla de “igualdad de género” y del “empoderamiento de la mujer” (objetivo n.5), conceptos que pertenecen claramente a la condenada en muchas ocasiones “ideología de género”; se promueve la “ciudadanía mundial”; se promueve “el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con referencia a la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing[3], donde a su vez se promueve el derecho al aborto -eso sí, de calidad- (n. 106 k) y el uso de preservativos (n. 108 I) y otros métodos anticonceptivos (n. 106 u). Por otro lado, se usan términos y conceptos que son buenos en la medida que se entiendan correctamente, como son la dignidad humana, la familia, el derecho de los padres, el derecho a la vida saludable o a la salud reproductiva, etc.

Lo curioso es que, hablándolo con amigos y sacerdotes, me llegó el anexo a una carta de la Santa Sede del 25 de septiembre de 2016[4] dirigida al secretario general por el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en el “Primer aniversario de la adopción de los objetivos de desarrollo sostenible”.

El desarrollo de los matices realizados a los 17 objetivos de la agenda 2030 son impecables. Pone todo en su sitio, pero la modificación es tal que exigiría redactar de nuevo el documento.

El problema que veo al respecto de todo esto es entonces el siguiente.

1) La nota de prensa es de muy difícil acceso. Esta nota de prensa sólo está en inglés y en la desconocida web de la “Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas”, aislada de los principales portales de la JMJ y las fuentes vaticanas (www.vatican.va, www.vaticannews.va o https://press.vatican.va). De hecho, si buscamos la nota de prensa en castellano, solo la encontraremos en un documento de Google Drive de la web de Cáritas de Jaén[5].

2) En la web de la JMJ de 2023 se insiste mucho en el tema de la sustentabilidad como un objetivo central y esto no es el espíritu de las JMJ. La JMJ nace con san Juan Pablo II para que los jóvenes puedan dar testimonio de su fe y compartir su experiencia confirmando su compromiso. Aquí no está en juego la JMJ, como dice el padre Santiago Martín en su vídeo explicativo, sino las almas de los jóvenes que acuden abiertos a algo que puede ser muy contrario al fortalecimiento de la fe y cuyos términos y conceptos no respetarán los matices de esa perdida nota de prensa a la ONU. Simplemente verán que en un acto oficial de la Iglesia se hablará de empoderamiento, ideología de género, aborto seguro, orden mundial y muchos objetivos más humanos que espirituales.

3) La introducción de un desordenado “amor a la madre tierra” y una “espiritualidad ecológica”. Esto es algo muy peligroso por dos motivos:

El primero es que cuando el Papa Francisco habla de “espiritualidad ecológica”, hace referencia a la “pasión por el cuidado del mundo” que clama “un llamado a una profunda conversión interior” que “implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea”. Estoy de acuerdo que “ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa”, pero (no es lo que más se está perdiendo hoy en día.) El drama de hoy es la dilución de la Verdad en los mantras del mundo. El amor a Dios está sobre todas las cosas, y según avanzamos en este amor a Dios, amaremos más y mejor a los hombres, y más y mejor a la naturaleza entregada por Él a la humanidad. Invertir y desordenar los afectos no trae ningún bien a los hombres y, por ende, afecta a la naturaleza de forma negativa también. Hemos de cuidar y dominar la naturaleza según el plan de Dios para ella, y la naturaleza nos puede ayudar a descubrir a Dios, a conocerle más; pero ni es un don equiparable a Dios, ni vale lo que vale tan sólo una persona.

Un segundo motivo es que es visible que nuestra sociedad se está alejando rápida y peligrosamente de Dios, de lo sagrado, de la moralidad. Se destruye a la familia, el materialismo y el consumismo ha entrado fuertemente en la Iglesia, la Verdad está cuestionada y manipulada; el medio ambiente, si bien puede ser importante, me parece un punto bastante secundario si lo que realmente nos importa es la condenación de las almas y el avance del ateísmo.

Con todo esto hay que entender, además, que detrás del discurso ecologista del cambio climático hay muchas mentiras o medias verdades que se dan por verdades incuestionables. ¿Quién ha demostrado que el cambio climático que supuestamente estamos viendo se debe principalmente al hombre? La interpretación que se hace, personalmente, no me queda clara. Cambios climáticos ha habido antes y, por lo que sabemos, tienen ciclos muy largos. En palabras de John Coleman, científico y fundador de The Weather Channel: "El Cambio climático es un debate político, no científico, no hay un cambio climático provocado por el hombre. Ni lo ha habido. Ni lo habrá", sólo se financia a quienes respalden esta teoría, de ahí que los informes publicados lo respalden. Una vez más es cuestión de dinero y control del poder.

Personalmente no me fio de la única narrativa oficial (ver vídeo). Hay más ciencia fuera de la impuesta como única u oficial. Sólo viendo la manipulación informativa que aconteció con la pandemia, y que aún no ha terminado, debería haber quedado claro que sólo sabemos lo que quieren que sepamos y que lo que importa es el manejo del poder informativo. Más miedo me da ver cómo están jugando manipulando el clima[6] (ver vídeo), el sistema orográfico o hidrográfico (ver vídeo), la nueva carrera por la conquista del control energético detrás de la cual se mueven millones y millones.

Cuanto más se aleja la sociedad de Dios, menos voy a confiar en el discurso oficial que sólo busca mantenerse en el poder y controlar la humanidad a su antojo. Lo peor es que lo consigue sacándonos el dinero y las gracias. Les estamos entregando nuestra libertad, nuestra cultura, nuestra fe.

Respeto a los que confíen en los poderes actuales y aprecien la carrera globalista, pero yo me desmarco. Prefiero lo tradicional, el confiar en Dios y creo que cuanto “más esté en el mundo sin ser del mundo” más preservado seré de caer en sus mentiras y artimañas.

Paz y bien.



[6] Para los que no saben que han estado fumigando el cielo con la excusa de desinfectar ciudades, sólo tienen que ir al Orden SND/351/2020, de 16 de abril, donde se dice que “De entre las técnicas más eficaces de desinfección se encuentran la utilización de medios aéreos pues a través de ellos, con técnicas de nebulización, termonebulización y micronebulización, se alcanzan todas las superficies con rapidez…”.