El Cardenal Robert Sarah,
Prefecto para la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, pronunció
el martes 24 de mayo la conferencia “Teoría de género: sus repercusiones” en la
Universidad Católica de Ávila (UCAV) en España.
Quiero destacar un fragmento (aunque merece mucho la pena toda la conferencia) con
una referencia de mucha importancia por la autoridad que representa el Cardenal
Sarah y dejo el texto original en francés. La traducción es la transcripción
del audio de la traducción al español del vídeo, que también pongo al final y
en el punto directo y exacto en el que lo dice:
“El caldo de cultivo está listo para la revolución final, la revolución
que corresponde, además, al “combate definitivo” que es el que menciona el
Apocalipsis, la revolución del género, que convierte al individuo en un “zombi”.
Es el nihilismo total, radical, absoluto, que es el preludio de la muerte de la
humanidad. Es la Hora del combate entre lo
tenebroso, donde naufraga una humanidad que está enfrentada a los demonios
del nihilismo libertario y la luz que solamente la Iglesia puede llevar, como
si fuera una antorcha que se parece en demasiadas ocasiones a esa pequeña llama
de la esperanza que cantaba Charles Péguy hace ya un siglo, y que ninguna
tormenta ni borrasca podrá apagar. Porque nuestra fe en Cristo, que es el
fundamento de nuestra esperanza, es decir nuestra fe en el Cristo Jesús resucitado,
el hombre nuevo, Dios hecho hombre, es esa antorcha, esa llama que ilumina nuestras
vidas y nuestras conciencias de hombres y de mujeres creados a imagen y
semejanza de Dios”.
Texto oficial original:
“Oui, le terreau est désormais
prêt pour la révolution finale, qui correspond ussi à «l’ultime combat» évoqué
par l’Apocalypse, la révolution du genre, qui fait de l’individu un «zombie».
C’est le nihilisme total, radical, absolu, qui sonne le glas de l’humanité.
C’est l’Heure du combat entre ces ténèbres où sombre une humanité aux prises
avec les démons du nihilisme libertaire, et la Lumière que l’Eglise, seule,
porte tel un flambeau, semblable trop souvent à cette petite flamme de
l’Espérance que chantait déjà Charles Péguy il y a un siècle, et que nulle
bourrasque ne saurait éteindre. Car notre foi dans le Christ, qui fonde notre
espérance, c’est-à-dire notre foi dans Jésus ressuscité, l’Homme Nouveau, Dieu
fait homme, est bien ce flambeau qui illumine nos vies et nos consciences
d’hommes et de femmes créés «à l’image de Dieu».
Fuente original de la conferencia
en francés:
Fuente del vídeo en el punto de
la cita:
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