El Isis es Satán.
Las cosas ocurren antes en las esferas espirituales, luego se concretan en esta
tierra. Los reinos son sólo dos. El Espíritu Santo y el espíritu demoníaco.
Tiene mucho que ver porque el mal
disfrazado de muchas maneras, políticas, religiosas, culturales, tiene una
única fuente inspiradora, el demonio. Como cristiano, lucho la bestia
espiritualmente. También la política mundial que hoy parece desprovista de
respuestas frente a la masacre de los cristianos tendrá que luchar contra el
Isis y lo hará de un modo diferente. Si sigue como parece, preguntémonos qué ha
hecho Occidente en el transcurso de los últimos decenios. Ha mandado Dios al
demonio (expresión italiana parecida a “mandar a freír espárragos”). Fuera las bendiciones
en los colegios, fuera las cruces, fuera todo, adelante a lo depravado. Satanás me contesta sólo cuando le
interpelo. Repite que el mundo está en su poder, y aquí dice la verdad. Bíblicamente
hablando, estamos en los últimos tiempos y la bestia trabaja frenéticamente.
Fuente: Facebook del padre Gabriele Amoth (https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=813318635389606&id=350761581645316)
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