viernes, 20 de septiembre de 2024

¿Milagro o prudencia? Lo que la Iglesia dice sobre Medjugorje

¿Qué ha declaro la Santa sede sobre Medjugorje y los mensajes de la Virgen? 

Ayer 19 de septiembre de  2024, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha emitido una Nota oficial que arroja luz sobre la compleja historia de los fenómenos espirituales en Medjugorje, proporcionando un marco para comprender la experiencia que millones de fieles han abrazado con devoción a lo largo de los años. En este d
ocumento, se reconoce el impacto positivo que este lugar ha tenido en la vida espiritual de los peregrinos y, al mismo tiempo, se invita a mantener una actitud prudente en torno a algunos de los mensajes asociados a los supuestos videntes.

Un culto reconocido y los frutos positivos

Uno de los puntos más significativos de la Nota es el reconocimiento del culto público en Medjugorje, lo que implica que los fieles pueden participar en peregrinaciones y actos de devoción, guiados por la figura de la Virgen María bajo el título de "Reina de la Paz". Este reconocimiento no implica necesariamente que la Iglesia afirme de manera definitiva la naturaleza sobrenatural de las apariciones, pero sí se considera que hay frutos evidentes y abundantes que invitan a valorarla.

Entre los frutos más destacables se mencionan numerosas conversiones, el retorno a la fe de personas que habían estado alejadas, el incremento de vocaciones sacerdotales y religiosas, y una renovación profunda de la vida espiritual de los peregrinos. Además, Medjugorje se ha convertido en un punto de encuentro de paz, no solo para católicos, sino también para personas de otras religiones, como cristianos ortodoxos y musulmanes. Este ambiente ecuménico y de reconciliación refuerza el valor espiritual que este lugar representa para muchas personas.

La vida pastoral en Medjugorje también es digna de mención: la celebración diaria de la Eucaristía, el rezo del Rosario, la adoración al Santísimo Sacramento y la celebración frecuente del sacramento de la reconciliación son prácticas centrales que han sido fortalecidas por el fenómeno. Asimismo, eventos como el Festival de la Juventud y retiros espirituales para diversas vocaciones han generado un ambiente de fervor religioso que sigue atrayendo a miles de fieles de todo el mundo. Quienes han estado en Medjugorje pueden dar testimonio de la fuerza de la oración y de ese ambiente de recogimiento y adoración que tanto impacta a quien va con abierto a recibir una gracia.

Prudencia ante los Mensajes: algunos ejemplos

Si bien el documento celebra muchos de los frutos espirituales y pastorales de Medjugorje, también advierte sobre la necesidad de prudencia ante algunos de los presuntos mensajes de la Virgen, que, aunque en su mayoría son edificantes, algunos contienen errores teológicos o expresiones imprecisas que requieren discernimiento.

Por ejemplo, un mensaje del 2 de noviembre de 2017 incluye la expresión "mi Hijo, uno y trino, os ama", una afirmación teológicamente incorrecta, ya que confunde los conceptos de la Trinidad. Aunque este tipo de errores puede deberse a interpretaciones subjetivas de los videntes, el Dicasterio advierte sobre la importancia de no tomar estas expresiones literalmente.

Otro punto que se menciona con cuidado es la predicción de castigos o catástrofes, como ocurre en el mensaje del 2 de septiembre de 1982, que afirma: "Cuando se manifieste en la colina el signo prometido, será demasiado tarde". Aunque este tipo de advertencias pueden entenderse como un llamado a la conversión, dice la nota de prensa que es importante no interpretarlas de manera alarmista o en línea con teorías catastrofistas, algo que la Iglesia ultimamente desaconseja, pero que los que observamos los signos de los tiempos tal como se nos pide en el Evangelio (Mt 16 2-3; Mt 24, 32-33; Mc 13, 28-29; Lc 12 54-56; Lc 21, 29-31) y somos capaces de ver el llamado a la conversión de Dios en lo que ocurre a nivel mundial (tanto a nivel político, como social y natural) nos cuesta más tomar a la ligera. Por alguna razón, que se escapa a mi comprensión, a pesar de ser tan necesario un escarmiento a esta sociedad y que sea muy razonable que Dios reprenda a sus hijos llamándolos a la conversión y avisándoles de lo que pueda pasar si siguen este camino de maldad y apostasía () a la Iglesia no le gustan los mensajes como de Garabandal, Akita, La Salette e incluso Fátima, donde se avisa a la humanidad que si no hay conversión y penitencia llegará un castigo (sea el comunismo o un desastre). Nos cuesta entender que detrás de una mala conducta hay unas consecuencia negativa (guerras, pobreza, enfermedades, catastrofes) y que Dios es un Dios de la historia, con un plan y un seguimiento de sus hijos. La mayoría cree que todo es azar, casualidad y se olvida de la divina Providencia de Dios y su capacidad y deseo de permitir o no permitir, actuar o no actuar, para que todo salga como él desea. Sin romper con la libertad humana, pero doblándola todo lo posible para que se cumpla su proyecto. Prueba de ello es la decepcioante referencia al ayuno propuesto en Medjugorje hecha por el cardenal Víctor Manuel Fernández en la rueda de prensa (que escuché personalmente en italiano). Afirmó que, "aunque es una llamada fuerte, no hay que tomarla muy en serio". Comentó que la insistencia en ciertos detalles prácticos, como los días exactos de ayuno (miércoles y viernes), podría interpretarse como una interferencia en el discernimiento pastoral ordinario de la Iglesia. Vuelvo a observar una falta de conciencia sobre la relación existente entre la maldad y el pecado actual, y los frutos de la obediencia a los mensajes de la Virgen (enviada como mensajera de Dios, evidentemente) a hacer ayuno, penitencia y oración.

Pero volvamos al documento sobre Medjugorje...

Finalmente, otra crítica va al uso del término "mediadora" atribuido a la Virgen en el mensaje del 17 de julio de 1986 (Yo soy la mediadora entre vosotros y Dios). La Iglesia enseña que, si bien María intercede por nosotros, la única mediación entre Dios y los hombres es la de Jesucristo. Estos ejemplos intentan invitar a los fieles a un análisis prudente de los mensajes, sin perder de vista el núcleo central del Evangelio. A mi humilde parecer, es evidente que María sólo está entre Cristo (que, recordemos, también es Dios) y nosotros, pero no entre Dios y nosotros de forma excluyente. Es lógico entender la intención de prudencia de la Iglesia que tiene que matizar estas cuestiones teológicas y proteger los detalles.

Una experiencia a la luz del Evangelio

Un aspecto que destaca en el documento es la insistencia de la Virgen misma, según los presuntos mensajes, en que los fieles se concentren en lo esencial: la Palabra de Dios. En varios de los mensajes, la Virgen exhorta a leer la Sagrada Escritura, sugiriendo que la verdadera luz y guía para la vida cristiana no están tanto en los fenómenos extraordinarios, sino en la enseñanza del Evangelio.

A lo largo del texto se subraya que la espiritualidad de Medjugorje es cristocéntrica: María siempre apunta a su Hijo, Cristo, como el centro de la fe. Este énfasis evita que los fieles se desvíen hacia una devoción desmedida por los mensajes y los milagros, recordando que el auténtico encuentro con Dios ocurre a través de los sacramentos, la oración y el servicio a los demás.

Como siempre, en toda experiencia, puede darse cierto fanatismo y una tendencia a centrarse en el particular novedoso o especial, y no en el sentido global e importante. Me parece sensato que se recuerde que, lo central, no son los mensajes en sí, ni los videntes, ni los milagros, sino siempre Cristo, la conversión y amor a él, así como la vida de santidad en la Iglesia y los sacramentos. 

El futuro de Medjugorje: discernimiento y esperanza

Con respecto a los mensajes futuros, el documento deja claro que estos deberán ser sometidos a un proceso de discernimiento por parte del Visitador Apostólico y las autoridades eclesiásticas locales antes de ser publicados. Este cuidadoso proceso busca asegurar que cualquier mensaje nuevo esté en línea con la fe y la enseñanza de la Iglesia, evitando confusiones entre los fieles. Ya veremos cómo se concreta ahora para que se puedan difundir sin demoras, pero dejará la tranquilidad de que el mensaje estará validado y respaldado por la Iglesia, algo que será especilamente bueno para los fieles mas escrupulosos o indecisos al respecto.

En conclusión, Medjugorje está aprobada como un fenómeno bueno, aconsejable y quedan validados los mensajes y las apariciones, aunque sin pronunciamiento definitivo sobre la sobrenaturalidad (monseñor Fernandez dijo en la rueda de prensa claramente que el papa Francisco le comunicó que no quiere declarla ni ahora ni nunca porque "no lo ve necesario"). Medjugorje es una experiencia espiritual que ha tocado la vida de millones de personas, y aunque no todos los mensajes son plenamente aceptados (por sus formas y expresiones sobre todo), se aprueba el culto público y los frutos espirituales positivos que han surgido de este lugar, que son innegables. La Iglesia, con prudencia, anima a los fieles a continuar su camino de fe, siempre guiados por el Evangelio y buscando en todo la voluntad de Dios.

En mi opinión...

Es una noticia buena y positiva que confirma la postura de la Iglesia de hace unos meses y se oficializa, pero a la vez delata la incapacidad de la Iglesia de atender a los signos de los tiempos, de la gravedad del pecado y apostasía, de ver en los acontecimientos actuales el cumplimiento de muchas profecías de santos y beatos (dejo unos ejemplos al final). Intuyo cierta resistencia a dejarse reprender por Dios, lo que viene a llamarse docilidad y humildad despierta. 

No veo la Iglesia vigilante que pidió Jesús (Mt 24, 42; Mt 25, 13; Mc 13, 33-37; Lc 12, 35-40; Lc 21, 36), ni que se escuche la llamada al ayuno (Mt 6, 16-18; Mt 9, 14-15; Mc 2, 18-20; Lc 5, 33-35), ni se acuerde de los reproches de Jesús avisando de castigos a veces tremendos si no hay conversión (Lc 13, 1-5; Mt 11, 20-24; Lc 19, 41-44; Mt 24, 37-39), que le cuesta aceptar a María como una ayuda de Dios para nuestra conversión y educación (Jn 19, 26-27; Ap 12, 17) que no pretende competir con Dios, sino que trabajar incansablemente para su plan. Sigamos rezando por la Iglesia, el Papa, los sacerdotes, la paz y la unidad en este mundo. Recordad, queda poco tiempo (Ap 12, 12; 1 Cor 7, 29; Rm 13, 11-12; Mc 13, 33) y esta vida es muy corta. No hay que disfrutarla, sino aprovecharla para lo que está pensada: "concoer y aceptar a Cristo para vivir con él la eternidad", que es muy diferente.

Saludos

 - - - - - 

1. San Vicente Ferrer (1350-1419)

Conocido como el "Ángel del Apocalipsis", San Vicente Ferrer predicó con gran fervor sobre el fin de los tiempos. Creía que su misión era preparar a la humanidad para la venida de Cristo y el Juicio Final. Aunque no profetizó una fecha específica, su mensaje era un llamado a la conversión y la penitencia para estar preparados ante el regreso de Cristo.

2. Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179)

Mística y profetisa, Santa Hildegarda tuvo visiones apocalípticas que describían la lucha entre el bien y el mal en los últimos tiempos. En sus visiones, habló de un gran castigo para la humanidad si no se arrepentía de sus pecados, y predijo la venida de un líder piadoso que restauraría la justicia antes del fin del mundo. También hizo referencia a desastres naturales y guerras como signos de los últimos tiempos.

3. San Malaquías (1094-1148)

San Malaquías es conocido por su famosa profecía de los Papados, que supuestamente enumera a los papas desde su tiempo hasta el final de los tiempos. Aunque no está confirmada oficialmente por la Iglesia, se le atribuye haber profetizado sobre los papas futuros y el último papa, quien gobernaría durante el tiempo de la gran tribulación, antes del fin del mundo.

4. San Juan Bosco (1815-1888)

San Juan Bosco tuvo varias visiones sobre los últimos tiempos, muchas de las cuales están llenas de simbolismo. En una de sus visiones más conocidas, vio a la Iglesia como un barco navegando en medio de grandes tormentas y ataques, pero finalmente anclándose en dos pilares: la Eucaristía y la Virgen María. Esto se interpreta como una profecía de tiempos difíciles para la Iglesia, pero también de su triunfo final.

5. Beata Ana Catalina Emmerick (1774-1824)

Mística alemana, la beata Ana Catalina Emmerick tuvo visiones detalladas sobre los últimos tiempos y la Iglesia. En sus visiones, habló de la corrupción dentro de la Iglesia, de tiempos de persecución y purificación, y del surgimiento de una gran batalla espiritual. Describió una iglesia que parecía estar en ruinas pero que sería restaurada por un pequeño número de fieles devotos.

6. San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716)

San Luis María, autor del clásico "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", profetizó acerca de los últimos tiempos. Habló de un "ejército de santos" que surgiría en los últimos días, guiado por María, para enfrentar al anticristo y preparar la segunda venida de Cristo. Este ejército estaría compuesto por los devotos de María, que lucharían con gran fe y valor.

7. Santa Faustina Kowalska (1905-1938)

La mística polaca conocida por la devoción a la Divina Misericordia tuvo varias revelaciones sobre los últimos tiempos. En su "Diario", Jesús le habló de un tiempo de gran misericordia antes del día de la justicia. Sus visiones incluyen advertencias de tribulación para la humanidad si no responde al llamado de la conversión, pero también la promesa de la misericordia de Dios para aquellos que confíen en Él.

8. San Pío de Pietrelcina (1887-1968)

El Padre Pío, un sacerdote y místico con los estigmas, tuvo visiones y revelaciones sobre el futuro, incluidos los últimos tiempos. En sus cartas y conversaciones privadas, habló de tres días de oscuridad, una profecía popular en la tradición católica que anuncia un tiempo de purificación en el que los justos serán protegidos por Dios mientras el mal será erradicado de la tierra.

9. Santa Teresa de Jesús (1515-1582)

Aunque no profetizó sobre los últimos tiempos de forma directa, Santa Teresa de Ávila, en sus escritos sobre la vida interior y la oración, ofrece enseñanzas que se han interpretado como preparatorias para los tiempos finales, especialmente su énfasis en el abandono total a la voluntad de Dios y en la importancia de la oración contemplativa para resistir las tribulaciones espirituales.

10. Sor Lucía dos Santos (1907-2005)

Una de las videntes de Fátima, Sor Lucía tuvo varias revelaciones sobre el futuro de la humanidad. En el mensaje de Fátima, la Virgen María advirtió sobre la necesidad de conversión, oración y penitencia para evitar desastres mundiales, incluida una gran guerra. También habló del triunfo del Inmaculado Corazón de María como clave para la victoria final sobre el mal.